domingo, 19 de septiembre de 2010

digamos

que había llovido suave y poco
que sonaba alguna buena pieza
que era una de esos días fríos que se neutralizaban haciéndonos un puño
que hablábamos por horas y lográbamos entendernos
que parábamos por ratitos para mordernos los labios
que traías comida a la cama
que nos dormíamos encima de una noche de 3 películas

que no me habías agarrado a patadas
en un mal sueño

1 comentario:

Rodolfo dijo...

Hay mucho poeta tico que quiere ser profundo, sensible e incomprendido; por eso usualmente no me gusta la poesía. Este poema me gusta porque es sencillo y elegante.