domingo, 17 de octubre de 2010

El atardecer de algunas cosas

De pronto sale del mar una pared
de viento que nos revuelca en la playa.
La arena nos lija las piernas,
los árboles débiles ceden y se inclinan,
las nubes corren alborotadas tierra adentro,
el zumbido en las orejas pone la escena en mute y ya
no hay nada que podamos decirnos.
El viento se lo lleva todo.
Lo liviano.

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